lunes, 6 de mayo de 2019

Emergencias Toxicologicas







Profesores Titulares: Jaime J. Charfen y   Ricardo Rangel Chávez
Generación: “V”
Alumno: Antonio César Rosas Murga
06/05/2019



Las intoxicaciones agudas  constituyen el objeto principal de atención de la Toxicología Clínica. El aumento de las IA en los Servicios de Urgencias fue aumentando a partir de los años 50 del siglo XX, llegando a hablarse de una auténtica epidemia. En la actualidad representan alrededor del 1% del total de las urgencias en España
El conocimiento del perfil epidemiológico de las intoxicaciones agudas es imprescindible para su diagnóstico y para el desarrollo de las medidas necesarias para su prevención, diagnóstico y tratamiento.
En  base a la literatura consultada para la creación de este reporte, se clasifica las intoxicaciones en tres grupos:
 1) Denominamos sobredosis a los casos asociados al consumo de substancias de abuso en un contexto recreativo.
2) La intoxicación suicida será aquella producida por un gesto autoagresivo, independientemente de la verificación del ánimo de producirse la muerte.
3) La intoxicación accidental serán aquellas producidas de forma involuntaria, predominante en los ambientes doméstico y laboral.
Se presentan casos de todas las edades pero predominan los comprendidos entre los 15 y los 45 años.
Los hombres predominan sobre las mujeres (65% de las intoxicaciones) prácticamente en todos los grupos de edad, lo que está muy condicionado por el tipo de agente causal.

La primera causa de intoxicación aguda en España es el abuso de bebidas alcohólicas, más frecuente en el fin de semana. Se produce en todos los grupos de edad pero presenta dos picos, uno en pacientes jóvenes con episodios únicos y otro en pacientes alcohólicos de edad media, con episodios múltiples. El resto de las drogas de abuso producen episodios con mucha menor frecuencia, pero entre ellas se han producido algunas variaciones de interés.
En España las Intoxicaciones agudas por medicamentos predominan en las tentativas de suicidios. De entre ellos los más frecuentes son los fármacos psicotropos, predominando actualmente las benzodiacepinas que sobrepasaron en los años 70 a los barbitúricos y ahora constituyen el segundo tipo de agente tras el etanol.
 El segundo lugar lo ocupan los antidepresivos, en cuyo grupo los tricíclicos han disminuido con el aumento de la prescripción de los inhibidores de la recaptación de la serotonina (ISRS). Esto influye en el pronóstico de las Intoxicaciones agudas medicamentosas y establece una notable diferencia con países como el Reino Unido donde predomina el paracetamol, con graves consecuencias en cuanto a la mortalidad. Hoy en día los barbitúricos prácticamente han desaparecido de la escena.

La anamnesis es la base del diagnóstico en el 95% de las intoxicaciones. La mayoría de los pacientes que sufren una intoxicación están conscientes y, cuando son atendidos, revelan la historia de su contacto con el producto tóxico. Cuando el intoxicado está inconsciente, la anamnesis debe realizarse con los familiares, amigos o compañeros de trabajo, en particular con quienes compartieron con el paciente las últimas horas de aparente normalidad. Si no se obtuviese suficiente información, debe investigarse el lugar de residencia habitual y/o dónde ha sido hallado el paciente; en busca de fármacos, drogas de abuso u otras sustancias potencialmente tóxicas.
La exploración física permite apoyar o establecer una hipótesis diagnóstica y, en cualquier caso, ayuda a valorar la gravedad de la intoxicación
Entre las herramientas diagnosticas de importancia pronóstica o terapéutica que se pueden practicar a un intoxicado destacan el examen general de laboratorio, la toxicológica, la radiología y el ECG.

La descontaminación cutánea es el procedimiento mediante el cual se disminuye o retira totalmente una sustancia química de las ropas, piel o heridas de una víctima, así como del personal de salvamento y de los materiales contaminados en un accidente en la industria o durante el transporte de mercancías peligrosas.

El manejo propuesto contiene los siguientes pasos:
A. Vía aérea
B. Respiración
C. Circulación
D. Alteración del estado mental
E. Diagnóstico clínico
 F. Antídoto-terapia
 G. Descontaminación
H. Potenciar eliminación
I. Disposición
A.    Vía aérea: Posicionar al paciente y permeabilizar la vía aérea, evaluar su capacidad para proteger la vía aérea por medio de tos y reflejo nauseoso



B.     Respiración: Mantener permeable la vía aérea, observar movimientos torácicos, escuchar la respiración y sentir el flujo de aire. Si el paciente no respira se debe practicar respiración artificial con el dispositivo bolsa mascarilla. En caso que el paciente requiera intubación, verifique la adecuada ventilación y oxigenación y, posteriormente, si lo considera, confirme la posición del tubo por medio de rayos X. Si el paciente respira de manera espontánea confirme que las respiraciones tengan la frecuencia y profundidad adecuadas.
                                                                     
C.      Circulación: Se verifica si el paciente tiene pulso. En caso de encontrarlo débil o no tenerlo se debe iniciar monitoreo electrocardiográfico e identificar el ritmo y la frecuencia cardiaca, así como evaluar si presenta algún tipo de alteración (fibrilación ventricular, taquicardia ventricular sin pulso, actividad eléctrica sin pulso o asistolia) que requiera manejo específico de acuerdo con los algoritmos establecidos para cada una de estas situaciones (protocolos de ACLS).


D.     Alteración del estado mental: La valoración del estado de conciencia en el paciente intoxicado es importante y puede ofrecer orientación hacia el agente tóxico causal. Debe establecerse si el paciente se encuentra alerta, si responde a la voz de llamado, al dolor o si se encuentra inconsciente.
E.      Diagnóstico Clínico: Para realizar este proceso se requiere la elaboración de una adecuada historia clínica, un examen físico detallado y la solicitud de exámenes de laboratorio teniendo ya una primera sospecha clínica o impresión diagnóstica que permita orientar la solicitud tanto de exámenes paraclínicos como de análisis toxicológico

F.       Antídoto-Terapia: De acuerdo al toxico involucrado en la intoxicación y según su indicación y disponibilidad se utilizará el respectivo antídoto para revertir el cuadro toxico

G.     Descontaminación: En caso de tóxicos considerados como materiales peligrosos “HazMat” (Hazardous Materials) se debe realizar el manejo del lugar donde se presentó el evento tóxico únicamente con personal calificado y debidamente protegido, siguiendo los protocolos establecidos para cada caso.

H.     Potenciar la eliminación: Este proceso hace referencia a la utilización de métodos para favorecer la salida del tóxico del organismo, dentro de los que se incluyen:

 • Forzar Diuresis
 • Alcalinización urinaria
• Hemodiálisis
• Hemoperfusión • Hemofiltración
• Administración de dosis repetidas de carbón activado

i.         Disposición: Dependiendo de la severidad del cuadro clínico del paciente intoxicado admitido en urgencias, puede requerirse observación, valoración por otras especialidades, hemodiálisis, hemoperfusión, hospitalización en piso o manejo en Unidad de Cuidado Intensivo.





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